UN DELICIOSO TÉ DE MANZANA.
Conozco un lugar único para saborear un delicioso té de manzana. No digo que no haya muchos lugares más con la misma belleza, pero este del que os voy a hablar tiene algo especial, es sobrecogedor.
Para llegar hasta allí hay que atravesar por un lugar donde el descanso es eterno y en donde la bruma blanquecina de la piedra, el verde de los cipreses y el reflejo del cuerno de oro se confunden por toda la ladera de este cementerio. Os hablo del cementerio de Eyüp en Turquía.
Comienzas a andar un tanto nerviosa porque a mí particularmente no me agrada eso de visitar cementerios y menos aún estar deambulando por ellos. Y como es normal, intentas pasar lo más rápidamente posible, pero la curiosidad y la vista se dirigen hacia la multitud de columnas y tumbas que allí hay, inscripciones, flores talladas, turbantes coronado las lápidas. Los chales para las mujeres y las diademas para las princesas, tallados todos los detalles en los cilindros que reposan sobre la tierra, y a cada paso parece que te vas relajando, vamos, parece que te acompañan multitud de almas felices, y empiezas a sentirte bien.
Lo más curioso de todo es que llega un momento en que la vida y la muerte se fusionan y parece que no estés atravesando un cementerio, ¿curioso verdad?
Para nosotros nos parece impensable tener que pasar por un cementerio para llegar a un lugar idílico donde se divisan unas espectaculares vistas de Estambul y detenerse allí para cobrar la inspiración que tiene ese lugar y que lo convierte en especial; “uno de los puntos más sagrados de Estambul”.
Las mezquitas de casi toda la ciudad se divisan apuntando firmemente hacia el cielo como señalando el lugar de procedencia, y “El cuerno de oro” totalmente dorado al atardecer refleja las chispas divinas que somos. ¡Es espectacular!
Allí se encuentra el café de Pierre Loti, un espacio pequeño, carismático, mágico donde este novelista Francés vivió y se inspiró para escribir alguna de sus obras literarias .
No hay nada más maravilloso que estar en este lugar al atardecer, en la cima de lo más alto de este cementerio, sentado y tomando un delicioso té de manzana, contemplando las románticas vistas del Cuerno de Oro y de la ciudad pasional de Estambul, la amada
Constantinopla.
LUHEMA
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